jueves, 16 de febrero de 2012

Me dijiste que dejara ir mis miedos, que espabilara y que por fin creciera. Que dejara de soltar lágrimas amargas y que me hiciera cargo de mis errores. Que supiera valerme por mi misma. Pero ¿Y qué hay de ti? ¿cómo es posible que le exijas a los demás cosas que jamás te acercarás a ser? ¿Por qué alguien que es tan débil le ordena a otros ser fuertes?
¿Quién eres tu?


Deja de dar rodeos y mírate. Preocúpate de arreglar TU propia MIERDA y sólo entonces, desvívete por el mundo de los demás.



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